¿Qué es la heminegligencia?
La heminegligencia no es un problema sensorial ni perceptivo, sino un déficit atencional genuino. La heminegligencia es un síndrome que hace que quien lo presenta ignore o no preste atención a la región del espacio contralateral a la lesión. La persona no atiende a la mitad izquierda de cualquiera que sea el objeto de atención. También puede negligir la mitad derecha aunque es menos frecuente.
La heminegligencia se relaciona con lesiones en el giro supramarginal derecho, se extiende hacia áreas subcorticales. Sin embargo también se ha descrito asociado a lesiones frontales, ganglios basales y el tálamo.
La heminegligencia está presente en el 40% de personas que tienen un Accidente Cerebro Vascular o Ictus.
¿Cómo afecta la heminegligencia en el día a día?
Al causar una falta de atención hacia un hemicampo, generalmente el izquierdo, la persona presenta graves limitaciones en su día a día. Algunas de las más comunes son:
- Darse golpes en el hombro izquierdo con el marco de la puerta
- Sentarse en el borde derecho de la silla.
- Comerse solo la comida que está en una mitad del plato.
- Vestirse solo medio cuerpo.
- Leer la mitad de las palabras o carteles.
La rehabilitación de la heminegligencia
La rehabilitación de la heminegligencia incluye:
La mejora de la amplitud del campo visual
Para conseguir que la persona amplíe el campo visual y atienda al hemicampo izquierdo se puede hacer uso de ejercicios de cancelación, copia de dibujos, tareas de electo-escritura, localización visual, laberintos, sopas de letras, así como modificaciones en las actividades de la vida cotidiana como poner el plato de comida en el lado izquierdo o interactúas con la persona desde el lado que no atiende.
La estimulación del lado afecto
Es muy común que la heminegligencia izquierda vaya asociada a una hemiplejía el brazo y mano izquierdas. Dicha dificultad o ausencia de movilidad hace que este lado esté aún menos atendido. Cuando hay presencia de hemiplejía se puede realizar estimulación sensorial en el brazo afecto. En los casos en los que la persona sí tenga movilidad se pueden incluir ejercicios activos en los que tenga que lanzar una pelota, colocar los platos en la mesa con ese brazo, seleccionar unos ítems concretos con esa mano o lavarse los dientes usando el brazo izquierdo, etc.
El aumento de consciencia
Para conseguir un aumento de consciencia pueden utilizarse diferentes técnicas. Entre las más útiles encontramos la psicoeducación, mediante la cual el paciente conoce qué le ocurre, su causa y las implicaciones que tiene en su día a día.
También es útil el entrenamiento en autoinstrucciones, de esta forma es el propio paciente quien tiene que “autoalertarse”, es decir, que él mismo adopte el papel de recordarse a sí mismo que debe mantener el nivel de alerta.
Para ganar conciencia también es de utilidad que la persona haga la corrección de su ejecución. Para ello el paciente puede corregir su propio ejercicio con otro color y con ayuda del terapeuta y ver cuántos errores ha cometido o grabarse ejecutando una actividad. A posteriori, cuando la persona ve el vídeo podrá observar la parte izquierda de su cuerpo y del ejercicio en la parte derecha de la pantalla.